Desde la orilla se dibujan flamencas de Nuria Chaparro, las de su colección Lulúa, inspirada en Zahora, en ese pequeño lugar de la costa gaditana del que no le separan ni la distancia, ni el tiempo…

Desde la orilla, el tiempo, de flamencas maneras, va sumando historias que hablan sobre ti, sobre cuándo y cuánto un lugar te atrapa, embelesa y conquista. Cada relato importa, cuente lo que cuente. Unas veces sobre cómo y en qué momento surge esa unión eterna. En otras, explican el para y por qué de ello, pues narran esa filiación traducida en necesidad mutua que nace, un buen día, hace décadas.

El tiempo, ese de cada momento vivido, de cada historia grabada en la memoria, que evocan a ese anhelo constante de mirarse y atesorar instantes, de tocarse y sentirse, de querer y recordar. Es y son, simplemente, ese ejercicio de la vida, que describe su esencia y da sentido a todo, la que explica nuestro ser, la existencia sin más.

Vuelos en zig zag para traje de flamenca en naranja de Nuria Chaparro en Pasarela Flamenca Jerez

Esta es la inspiración de Perla, de Lulúa, de la nueva colección de Nuria Chaparro, de su primer ramillete de propuestas soñadas y vistas en pasarela. Y en el que cada una de ellas narra su unión con Zahora a lo largo de todo este tiempo, desde que la descubre hasta hoy. Historia que cuenta hacia atrás, desde el ‘Sí, quiero’ para siempre de hoy, hasta el ‘¿Cómo te llamas?’ de entonces. Desde su orilla hasta el fondo del mar de donde todo surge. De ahí que comience su desfile con una mini colección de novias a las que bien puede haber imaginado mientras un oleaje suave y manso roto por la arena, bañaba sus pies, ésos que le conectan con su lugar favorito del mundo, con Zahora.

Vestido de novia con cola capilla de Nuria Chaparro en Pasarela Flamenca Jerez

En sus novias se delata su preferencia por la flamenca con esos vuelos seseantes que evocan a ese pedacito de mar al que tanto adora. Y a los que exorna con aplicaciones en guipur en un tono de hilo envejecido y que se desprenden del talle para oscilar con mimo a modo de fleco en esta clásica novia de puños coquetos y cola capilla.

Su opción de blanco roto rige su pequeño elenco de vestidos de novias, donde los textiles de caída dulce vienen a ser también ese hilo conductor. Para el talle alto con volantitos surgidos como si de regueros de agua se tratase, con origen en la cintura, le ajusta al cuerpo una mantoncillo al tono de bordado multicolor y fleco corto que, sumado a los pendientes de lágrima en tamaño XXL al tono, da esta versatilidad al diseño a medio camino entre novia y flamenca.

Traje de flamenca con aires nupciales a juego con mantoncillo flecado de Nuria Chaparro en Pasarela Flamenca Jerez

En cuanto a los diseños nupciales que mostró después, no menos aflamencados, pero igual de versátiles que este anterior, bien podrían llevarse tanto para ceremonia civil como religiosa. Los cuales, además, se les puede adjudicar y resultan perfectos para esas bodas boutiques que tan de moda están. Sin descartar el uso posterior que, con tan sólo cambiar complementos, puedes darles a sus vestidos. ¡¡Promovamos, pues, ese slow fashion y sostenibilidad imperante!!

Mini colección de vestidos de novia con la que iniciaba su colección Lulúa la diseñadora Nuria Chaparro en Pasarela Flamenca Jerez 2023

Su estilo victoriano, que se aflamenca en ella, cuenta con alguna asimetría, recreación de flecos en tiras del propio tejido y el juego de sobrevestido, donde las capas de tejido crean volumen y hacen que la vista no sólo se recree en ello, sino en esos otros detalles en guipur que estampa el cuerpo, encajes y demás aplicaciones.

Tras este inicio en blanco dulce, su único diseño infantil aparecía en pasarela en ese clásico plumeti que da forma a un traje de flamenca donde el vuelo se divierte con volantes menudos y se combinan, como marca la correcta flamenca, con mantoncillo bordado de primavera, pendientes y flores al pelo.

Traje de flamenca para niñas de Nuria Chaparro

De plumeti también, manguita corta y volantito pequeño es su siguiente diseño de flamenca, cuyo ingrediente clave, su rizado al aire mini y coqueto, será el protagonista de sus recorridos verticales y al sesgo por el vuelo de sus flamencas ‘zahorianas’. Y es que su pasión por este lugar no le permite marcar una única dirección en su oleaje textil, rompiendo esa monotonía tal y como lo hacen las olas en la orilla en distintas direcciones.

Traje de flamenca de plumeti en tono rosa con vuelo evasé de Nuria Chaparro en Pasarela Flamenca Jerez

Y como aventura que nos cuenta, el color de la misma va cambiando conforme nos adentramos en el mar. No sin antes mirar al cielo, tomar nota de sus colores, de sus atardeceres, y llevarlos a los volantes que, a veces, aumentan en tamaño, sólo en su justa medida, subiendo incluso centímetros en el talle, para emanar así desde la cintura, sucumbiendo en cascada hasta acariciar el suelo. Otras veces, el rizado textil zigzaguea para conformar ese vuelo pañuelo, propio también de la época victoriana, fuente de inspiración que añade también aquí, tal y como hiciera con sus novias.

Traje de flamenca con vuelos de picos de Nuria Chaparro

Naranjas, morados y verdes, pues, los tonos de su atardecer en Zahora, se aplican en esta parte de la colección. Como en este contundente canastero de vuelo generoso, donde el verde se puntea con lunar diminuto y permite que resalte la manga, a la que une un volante al largo, como hace, por cierto, en otros diseños de la colección.

Tras éstos, tinta sus últimos momentos del día de verdes, lilas y rojos, paso previo a adentrase al mar. Estas luces verdosas y rojizas que anuncian la noche, las interpreta en diseños algo más ligeros y sencillos, reduciendo el acopio de volantes y aumentando, incluso, el tamaño de los mismos.

Canastero en verde y vino de Nuria Chaparro

Hace uso así del peplum a lo victoriano, interpretado con volantes al hilo, creando esos efectos a la vista de afinamiento de cintura y marcado de caderas. Juego que repite en mantoncillo, de ésos que se te hacen inolvidables, dándole un giro al clásico pico flecado y ofreciendo así una opción de lo más refrescante y antojadiza.

Traje de flamenca rojo de Nuria Chaparro

Para zambullirse en el mar, el paso a esos tonos agua y al origen de todo, se tiñe en rojo, reservando así esta mini colección llena de su sorpresas para cerrar su primer paso por pasarela con sabor a sal y olor al mar de Zahora. Para ello escoge tejidos de flores en terciopelo, esas que estampan sin estampar, pues al hacerlo al tono el efecto de tono liso no desaparece.

Vuelve a colocar, como en el resto de su colección, los volantes menudos donde se le antoja. Pero con sentido, pues escoge esos puntos estratégicos que tanto aportan a un traje de volantes, como son la cintura y el vuelo que remata el bajo. Sin olvidar la espalda y ese detalle de doble o triple volante al hilo que persigue ese básico y clásico peplum y que, me da, va a ser uno de sus sellos de identidad.

Detalle de volantitos al hombro en mangas, mantoncillos y pendientes de Nuria Chaparro

Volanteo al bies, vuelo con volumen, flecos, mangas corsario y ese corte protagonista de sus looks, donde el evasé desde la cintura con vuelo comedido, dominado por volantes, dibuja la silueta con delicadeza y coquetería. Dando paso a uno de los mejores diseños vistos en pasarela en este tipo de corte setentero, en el que el vuelo se riza mirando al cielo y el sobrevestido, como si fuese la espuma del mar, reposa con delicadeza, en ese tejido fuelle que aglutina toda la luz de Zahora, de su ocaso. 

Traje de flamenca de Nuria Chaparro en rojo con sobrevestido tableado en mutlitud de tonos

Y es de vuelo abundante, más que en ningún otro, escote barco y manguita corta de volantitos, como no podía ser de otra manera, con el que Nuria Chaparro nos cuenta por qué Zahora es, fue y será desde entonces y para siempre.

Nuria Chaparro tras el carrusel de su  colecció Lulúa en Pasarela Flamenca Jerez 2023

Pero Zahora no sólo le inspira flamencas. También los mantoncillos lucidos con cada traje, los pendientes de hueso y piedras naturales, los peinecillos de corales y las flores. Todos estos complementos surgen de las manos de esta creativa, de Nuria Chaparro, quien impregna de recuerdos cada pieza que crea y que nos habla en ellos del por qué de su diversidad de sentimientos guardados, muchos, por cierto, unos tras otros, sobre este camino al mar, el de Zahora, el de su lugar favorito del mundo, lleno de magia, sosiego y luz y al que vuelve y vuela, cada vez que puede y su imaginación le deja. Tan sólo le basta con cerrar los ojos para estar allí, olerla otra vez y sentirla.