Su enfoque en moda flamenca equilibra la tradición de las labores con la flamenca actual, sin perder de vista las normas de la clásica para crear su propio estilo.
Y sólo ella la ve e interpreta así. Ofreciendo una alternativa realmente distinta y singular que sigue las normas de lo que debe ser el traje de flamenca, que se identifica como tal de un vistazo, pero con la indiosincracia propia de quien consigue dar ese giro de tuerca que te hace única.
Y para ello el conocimiento en moda debe ser a partes iguales exhaustivo y extenso. Pues es lo que precisamente, te permite desarrollar nuevos horizontes en sectores como éste. Antes de deconstruir hay que saber construir. Así es ella, así Reyes Vázquez y así es Alborear. La colección que nos presenta en Emprende Lunares, la pasarela de emergentes en moda flamenca en la que, cada año, pueden descubrirse creativos como ella.
Una de tantas a las que esta temporada ha llevado su manera de hacer volantes, como la de Huelva Flamenca. Pero fue en Sevilla, y bajo el amparo de SIMOF, la presentación de su primera colección.
Y lo hacía en un color suave, que avanza esa tendencia en moda para la próxima primavera verano, como el rosa. O quizás sea el adorado rojo aflamencado en un nivel hiper desgastado con, con vivos en rojo. Todo para un traje de flamenca cuyo cuerpo se frunce y ablusa en cintura con un cuello de corte caprichoso. Las mangas, cortas y de capa. Y el vuelo, con museta a la que se cose en redondo su fila de volantes al hilo.
Prosigue con un peculiar corte de volantes, que se me antojan silueta pirámide azteca, con esos escalones singulares, y que combina en distintas intensidades de rosa y rojo, jugando en un degradé tonal. Este mismo juego rectilíneo lo repite en el cuerpo, esta vez, entallado, haciendo las veces del clásico estampado floral que vemos, o los lunares. Detalles que también definen el escote y, por supuesto, las mangas de capa.
El fruncido es otro de sus elementos, con el que marca cintura. Aquí la manga, de nuevo de capa por lo que puede tildarse de favorita, sustituye a la opción flecada, tendencia de temporada. La cual repite con el cinturón de piel que crea ese efecto lazo.
Para los vuelos, opta por superposición de volantes con bodoques huecos y remate ondulado, sin olvidar las enaguas para crear volumen. El primero, también, en tonos tierra.
Siguiendo con este tono suave y en una línea creativa muy similar, configura este cuerpo de volantes peplum y cuello redondo, dejando que la parte de la falda disfrute de amplitud hasta el suelo, con sus correspondientes volantes y su toque distintivo, que no es más que esa cierta anarquía del que se cose por el centro con desigualdad en el largo.
Le siguen creaciones sin enaguas, que aportan ligereza al traje de flamenca en otro descoloque de volantes que cuentan con ese desnivel en el largo, guardando simetría y dirección de vuelo con ese otro que cruza el talle desde un hombro al costado contrario. Y todo, en un verde cacería en el que destacan esos bordados de colores que, además, advierten el comienzo de los volantes.
La cual deja que se apropie de este otro diseño al completo, desde el escote hasta el suelo, sin obviar caderas, en una de sus creaciones más coquetas, en la que la armonía de elementos y su minimalismo, definen correctamente su estilo. Que bien puede situarse en esa ambigüedad entre moda y moda flamenca que muchas firmas buscan, hoy día, en sus creaciones dada esa corriente creativa de dar más de un uso a las prendas exclusivas. Pues, cambiando complementos, bien podría ser un vestido para una cena de cierta etiqueta.
Quizás con más claridad, se vea en este otro diseño, realizado en un satén con caída dulce, donde el número de volantes es mucho mayor y el minimalismo sigue imperando. El toque flamenco y actual, por las tendencias, lo dan la manga enrejada y flecada con cuquillo que demuestra ese equilibrio del que te hablaba antes.
Cierra su colección con un diseño donde ni el plisado, ni el drapeado son la opción a encajar, decantándose por clásicas y básicas jaretas que coloca en oblicuo. Con otra, disimula barriguitas, algo que siempre gusta a partir de cierta edad.
Eso sí, ni flores, ni lunares, pero tampoco lisos, son las opciones que baraja para completar este estilismo flamenco. Siendo el pintado a mano sobre tejidos de ramas de olivo con frutos y hojas, tanto en escote como en falda, la técnica elegida para dar forma a este traje de flamenca.
Salvo esas singularidades, un par de ellas más que se suman a las taitantas de las que hace gala la firma, en el resto, el diseño se construye con la correcta colocación ladeada de volantes al vuelo y sin enaguas, ocurriendo lo propio para manguitas cortas de volantitos.
Artesanía, pues, en estado puro. Aflamencando las labores de siempre y dando vida a algo que resultaba difícil ver de forma habitual en pasarelas de moda. Con ello consigue que este tipo de técnicas vuelva a estar al día, convirtiendo así un sencillo traje de flamenca de taller de costura en una prenda de lujo, dado que las horas de trabajo se multiplican y la personalidad que aportan estos elementos le dan razón de ser para ello.