El minimalismo puede tener varias caras y ser austero ó barroco según el punto de vista del creativo
Siempre se encuentran contrastes en las jornadas de moda de la MBFWMadrid y siempre es un placer disfrutar de ello, pues la riqueza de estilos aporta y no limita. Así empezaba la cita con la moda de forma austera, para poco después dar un giro de 180 grados en tonos, elementos y demás, enfocándose así a diferentes formas de ver la moda y vestirla.
Otrura
Las formas se deconstruyen para dar paso a una nueva versión de aquellas en las que se originan. Así, el corsé se convierte en top de espalda a la vista de miradas. Las chaquetas se liberan de solapas, imaginando otra manera de encajar cada lado con asimetría. Las faldas se niegan a las costuras de siempre y optan por una equilibrada amalgama de piezas para conformar un largo de capa con algo de cola.
Así se iban sucediendo cada uno de las propuestas de su nueva colección, que nos mostraba corsés, camisetas, chaquetas y flores desde otro punto de vista más sencillo. Donde los colores neutros dejan que destaquen flores geométricas multi colores y las transparencias se suman como una extensión de esos neutros suaves tan de moda. De manera que se consigue una colección minimalista, con un alto grado urbanita y una gran dosis de atemporalidad, gracias a estas transformaciones de todo punto caprichosas. Y en la que incluye para ellos, pareos, cut outs en hombros, por supuesto punto y un desacostumbrado brillo nocturno en estas pautas que definen sus propuestas.
Isabel Sanchís
Con sus colecciones la elegancia está asegurada. Aquí nos presentaba su colección de moda para esta temporada, en jornadas anteriores, los tonos intensos y vivaces son grandes protagonistas de sus creaciones, a las que no ha dudado añadir exornos de materiales no textiles en todo un acto realmente creativo que refleja como la línea entre el arte y la moda es realmente fina.
De plisados y capas al contrario se han paseado, a capricho, sus diseños con la intención de elevar el grado de sofisticación a la que ya nos tienen acostumbradas. Ojales para brazos en esas capas desde hombros, lazadas negras al cuello para que el contraste sea un puro estallido de energía en color vitamina y la exploración, como ya dije, de nuevos materiales con los que deleitarse comprenden, en parte, el despliegue de elementos que han tenido a bien incorporar en esta nueva temporada. Lo cual nos permite comprobar, y con deleite, que la elegancia no está reñida en la materia prima y, por tanto, todo es posible.
Los ya socorridos cut outs en lugares poco habituales, a la par que discretos, hombreras ochenteras que superan incluso a la maximización de esa década (recuerdo que nos las colocábamos a pares), siluetas translúcidas, pues cambiar la orientación de las capas da mucho juego, y pailletes a modo de escamas para marcar la silueta sirena al caminar, son otros taitantos ejemplos del costureo que se prodiga entre sus puntadas de moda.