Unimpressed, o lo que es lo mismo: Sin Impresionar. Así es como Ana Sánchez ha querido denominar su última colección de moda, la cuarta, en la que plantea una reflexión sobre la competitividad y otros aspectos correlacionados, como el anonimato y el éxito.

Todos formamos parte de la globalización y de este gran hermano impuesto y aceptado, en estas últimas décadas. Este cambio social ha provocado que esas minorías que siempre han existido, buscando destacar del resto, hayan ido siendo cada más numerosas. Por lo que, hablando en términos de la colección de Ana Sánchez, el fenómeno Unimpressed se ha multiplicado.

Tal y como ella misma nos explica, en un mundo lleno de impresiones, el individuo, que lucha por destacar en él, no lo consigue. No impresiona ni a otros, ni a sí mismo. Y esto llega convertirse en algo normal. Una nueva normalidad a gestionar de la que se sale cuando consigues impresionar, tanto a otros y a ti mismo. Sólo esto puede liberarte del anonimato, de este lastre, y conseguir escapar de esta nueva normalidad. La cual ya existía, pero, hoy día, es real para muchas más personas.

Detalle del delantero en uno de los estilismos de Ana Sánchez

A ello dedica sus nuevas propuestas para caballero, versadas en la sastrería y donde se ven claras influencias del maestro de maestros, Balenciaga, y del artífice de los grandes cambio de la moda masculina de hoy, Virgil Abloh, ambos referentes de la diseñadora Ana Sánchez por la arquitectura en las prendas y el enfoque en moda para caballero, en la que también ve necesaria ese cambio que ya se está produciendo.

Tanto Balenciaga como Virgil Abloh tuvieron en cuenta a la normal people de entonces, el street style de ahora, para crear sus diseños, poniendo, quizás, más énfasis en este aspecto Virgil Abloh, que llevó la calle al lujo. En ese sentido, el diseñador, interpreta la ropa como el medio para crear un nuevo lenguaje.

Por otro lado, el patronaje de Balenciaga en siluetas barril, el vestido saco y otros tantos ingenios del creativos, le inspiran a Ana Sánchez sus cortes rectilíneos y geométricos que le propician la figura masculina, imaginando así prendas como bermudas, gabardinas, chaquetas y otras en una deconstrucción sopesada y equilibrada, consiguiendo crear ese lenguaje que entona Virgil Abloh con aquello que ya existe.

Detalle a la espalda de chaqueta de Ana Sánchez

Patronaje que, a priori, se le puede calificar de minimalista y, realmente no es así. De hecho, es digno de alabar la fusión y el equilibrio que consigue entre lo nuevo y lo viejo con el uso de distintos elementos textiles. Y lo hace muy bien.

Por ejemplo, los botones de nácar para camisas, algo innato al vestir de caballero, y que aquí combina al tono, para integrarse en la prenda de cuello gabardina. Pantalón bermuda con pinzas a juego. Un look que parece haber salido de un armario masculino de los años 20 del XX, con la actualización requerida para estos otros 20.

Camisa sin mangas con doble botonadura a juego con bermudas de Ana Sánchez en SIMA 41

La hebilla, otro elemento clásico en caballero que, aquí, escoge Ana Sánchez en ese tradicional tamaño y forma rectangular adecuado para gabardinas. Es más, tal es así que el cuello, en talla XXL, recrea los cuellos de estas chaquetas largas.

El cuerpo recto y corto hasta cintura para que así pueda verse, al completo el cierre de tapeta de la parte inferior. Así introduce también ese juego femenino de crop top en estilismos.

Bolso maxi con hebilla de seguridad creada en 3D de Ana Sánchez

El bolso maxi, por cierto, y en raya diplomática, otro tejido clásico en sastrería para él, merece mención aparte y, casi si me apuras, incluso un artículo completo. En backstage pude curiorsearlo y me sedujo aún más. Sus líneas, envergadura, sencillez y gama cromática, tienen todos los mínimos para ser una apuesta segura y eterna. La correa del mismo versada en pieza metalizada, con hebilla de seguridad creada en 3D para este diseño, era imprescindible para conseguir un resultado así.

Chaqueta con lazada de gabardina y bermudas en tonos neutros de Ana Sánchez

La chaqueta, el elemento representativo de la sastrería por excelencia, aquí se acorta y se ata, se desmesura en mangas y desboca en cuello, cayendo hacia atrás rememorando a Cristóbal Balenciaga, y que recuerda también a la espalda del kimono. Todo para abrazarse con cinta de la que ya nos mostró antes, bien apodada ‘de gabardina’.

Lo mezcla al tono con otra bermuda de cintura vuelta, al estilo de lo que muchas adolescentes acostumbran a hacer con la de la falda del uniforme colegial o lo que se conoce también como cintura bolsa de papel.

Pantalón a caderas a juego con bolso de mano y corbata de Ana Sánchez en SIMA 41

La corbata entra en juego. Aquí la cinta con trabilla y hebilla ‘gabardinera’ baja a caderas de unos pantalones rectos. El torso, a trozos, se muestra con asimetría y en armonía. Así, tanto prendas como piezas que encajan en un puzzle perfecto.

Su inspiración en el maestro Balenciaga vuelve a verse en las formas rectas y cónicas que crean ese espacio entre el tejido y cuerpo, con mangas de capa en chaqueta con capucha y falda abierta tipo pareo, con bolsillos en cinto.

Falda pareo de Ana Sánchez

Los botones y la tapeta, propio de sastrería de caballero, aunque se encuentran descolocados señalan cintura.

Con el sastre como hilo conductor, la raya diplomática se erige aquí como otro elemento definitorio de la colección, dando fluidez y singularidad a prendas con cuerpo en el que la sastrería se reinventa y toma esta otra y nueva dirección que busca innovación en el vestir para hombres. Ello se ve en la forma mao del cuello, la distancia con la piel, la lazada y la abertura a la espalda en este patronaje rectilíneo y holgado.

Cuerpo holgado y pantalones con bolsos de Ana Sánchez

Dejar que el bolso se deshaga de hombros, brazos y manos para adherirlo, multiplicado por cuatro, a las perneras del pantalón es otra propuesta más, tan extravagante como armónica, en este estilismo de carácter urbanita.

Para este otro diseño de dos piezas, opta por un textil adamascado. Las bermudas, quizás con esa amplitud que se desmarca del resto, se ajustan con la cinta de gabardina y se combinan con chaqueta cortita. De bolsillos sin solapa y cuello de doble escote, deja para la espalda ese toque femenino con lazada incluída en el vértice central.

Dos piezas en textil adamascado de chaqueta y bermudas de Ana Sánchez

Los hombros orientados a la espalda, evocan a las hombreras ochenteras. El resultado es una versión más de un traje sastre para obtener esa sensación de vestir de chaqueta sin rigideces ni tensiones, buscando ese enfoque diferente que no se encuadra en el look casual, ni tampoco en el estilo gentleman británico, pero forma parte de ambos mundos.

Por último, merece la pena destacar el calzado, creado también por la diseñadora a propósito de cada look y que provoca esa uniformidad visual, sin distracciones, que aporta singularidad, siendo un ingrediente más de la perfección que la firma conquista con toda la colección.

Ana Sánchez tras el carrusel de su colección Unimpressed, presentada en SIMA 41

Ana Sánchez que, a corto, medio y largo plazo, se ve haciendo lo que hasta ahora, ya sea aquí, ya sea en el extranjero, defiende el derecho a vestirte como quieras. Y eso es lo que intenta transmitir con Unimpressed. No renuncia a lo que más le gusta, la sastrería, para ofrecer una transformación de la misma a quienes sí aceptan cambios en la indumentaria masculina. La cual necesita de esa evolución cíclica que se produce en moda y que el sector, estancando durante mucho tiempo, necesita, tal y como ya nos advirtiera Virgil Abloh.