La mejor de las citas posibles con un diseñador son como ésta, en su taller, con su equipo y a lo suyo mientras conversamos. Así, aunque estorbando un poco, pues lo de tener visitas les implica descansos obligados, pude ser casi, sólo casi, una más durante toda una mañana que me dedicaron compartiendo y aprendiendo de su rutina, la de Pepe Sevillanía y su equipo, que la mía ya me la sé. Fueron unas horas inolvidables que me supieron a poco. Cuando tu interlocutor es un gran conversador y alberga bastante conocimiento en costura y moda, siempre siembra en tí la sensación que por mucho que llegues a conocerle te quedará algo más por saber de él. Y así es como me siento, un poco parca en lo que sé de él y de su trabajo, pero con un mejor conocimiento de la firma.
De todos modos, he de decir que me fui de allí con un buen sabor flamenco en los labios, dado que sus volantes fueron los primeros en despertar mi curiosidad por la firma gracias a cómo me salpicaron con el revuelo de su paso por We Love Flamenco este año, responsables, por tanto, de mi necesidad por conocer más y que ahora tenga una imagen más completa de lo que es Pepe Sevillanía, su trayectoria y lo que aporta a la moda flamenca en particular y a la moda en general.
Llegué prontito, a la hora de los atascos del comienzo del día, pues si me retrasaba un minuto lo perdía de compartir con él. Para cuando nos vimos ya llevaba con la aguja un par de horas. ¡¡Menuda manera de comenzar la semana!! Me tendió la mano para pasar y poderme dar un par de besos de esos que dicen algo más que ‘¡¡Bienvenida!!’ y te demuestran cariño y respeto, pues Pepe Fernández Sevillanía es de esos anfitriones con don de gentes y saber estar que hacen que te sientas cómoda desde el primer momento, como si no fuera la primera vez que te acercas por allí.
Muy cerca de la tienda el taller, pero el trabajo manda y las fechas de entrega no entienden de visitas bloggers, por lo que me llevó directa al corazón de la firma, donde cada capricho textil se idea e imagina para el deleite de quien será su propietaria.

Al entrar, y presidiendo el taller, una gran mesa como en todos. ¡¡Lo que habrá visto esta mesa y la cantidad de señoras que ya ha vestido y le quedan por vestir!! Alrededor de ella se sitúan estanterías repletas de retales, hilos, cintas y ‘tiras bordás’ al más puro estilo mercería (todo un oasis de caprichos para cualquiera que le guste una aguja, pero pude resistirme y no me acerqué a verlas de cerca, aunque resultaba tentador). A continuación de la librería textil, proseguían más baldas que se extendían por un lado en forma de ele, abrazando a máquinas de coser, culpables, y qué bien que lo sean, que sus trajes sean como son.
Pero había algo diferente en ese taller que le hace distinto a otros. Resultaba curioso contemplar como una parte era algo más noble, refinada y coqueta, con un orejero tapizado en brocado colocado en una esquina y al que reflejaban varios espejos desde diferentes ángulos (consiguiendo una visualización parecida a la que se produce en el espejado tramo de escaleras de la Maison Chanel). Este espacio cuadriculado en ciertas fechas forma parte del taller, bueno, más bien puede decirse que lo es todo el año, pero su decoración no encaja para acumular metros de tejidos ni cortar patrones, ni acumular cintas, porque se ha decorado como probador de novias. Sí, es multifuncional y práctico y siempre se tiene algo de prueba en él, ya sea una novia, ya sea un maniquí al que gustan colocar en el centro para vestirle con cada estilismo y darle ese toque final, sobre todo cuando no les convence y lo dejan más tiempo del que quisieran por no haber pasado la criba de los tres pares de ojos que escrutiñan todo lo que sale del taller. La aprobación debe ser unánime para que pase a tienda o forme parte de una colección para pasarela.
Ese consenso para lo que idea Pepe Fernández Sevillanía entre esas cuatro paredes, proviene de Gerardo y Amparo, que le ayudan a dar vida a sus bocetos. A veces Lola también se suma cuando la carga de trabajo es alta, que de manera constante siempre aporta su granito de arena, aunque sea sólo para comprarles un par de botones. Solamente ellos tienen el privilegio de dar forma a colecciones de flamenca, novias y pret-a-porter de Pepe Fernández Sevillanía, junto a sus diseños a medida, por lo que las horas de la noche también forman parte del calendario laboral cuando la tarea de costura así lo exige.
Es fácil que esto suceda porque es habitual que convivan trajes de novia con los de flamenca e invitadas, ayudando a crear ese caos ordenado que suele ser cualquier taller de diseñador.
Su flamenca es clásica, con ciertos cánones de los que no se aparta, huyendo de aquellos elementos que la desvirtúan y que le limitan la comodidad en el movimiento. Sus siluetas son marcadas, con talles más bajos o más altos, pero cuidando siempre definir la figura con tejidos exclusivos de estampados únicos, tanto como puedan serlo por aquello que él mismo los imagina y encarga en base al dibujo diseñado. Eso denota el celo sobre lo que hace, su capacidad creativa y su habilidad para sorprender en pasarela, lo que conlleva un disfrute visual de su colección cuando desfila y que no duda en presentar con cierta dosis de espectáculo, mezclando música en directo, como la actuación del grupo ‘Las Soles’ a quienes vistió en esta última edición de We Love Flamenco para su desfile, con una puesta en escena de sus trajes de flamenca ayudados por modelos vestidos de Salvador Egea con ese aire goyesco en chalequillos ajustados.
Sus novias también son como se espera de él. Con un gusto clásico en una línea romántica y cándida, de escotes palabra de honor y vuelos de capa que se cuajan de encajes y bordados para acentuar cinturas y embellecer siluetas de costuras perfectas que dejan protagonismo a la novia y no a los centímetros de piel que pueda mostrar.

Respecto a sus invitadas o colecciones pret-a-porter, siguen la línea del concepto de belleza femenina que define a su creatividad. Sus diseños buscan añadirte dosis de elegancia a base de buen patronaje para que los tejidos y su maestría con la aguja (considerada ‘Dedal de oro’ en el 2015) hagan el resto, vistendo así a una mujer discreta y glamourosa, de las que dejan bocas abiertas allá por donde van.

Sus más de 15 años en moda no le restan pasión en lo que hace, al contrario, le añaden entusiasmo y le refuerzan para seguir creando, siendo una fuente inagotable de inspiración para otras firmas, lo que le convierte en referente en moda flamenca. Su manera de ver la moda y su naturalidad en el trato humanizan a una firma consolidada que nunca ha necesitado de pasarela para dar a conocer su trabajo, buscando más la discreción que conlleva la recomendación de sus clientes que la popularidad que puedan darle los medios de comunicación.
¡¡¡Gracias Pepe Fernández Sevillanía por dedicarme tiempo ese lunes y por permitirme ver cómo Gerardo, Amparo y y tú formáis parte de una integración perfecta bien llamada equipo!!!