A nivel personal, foco principal de su inspiración creativa para esta colección, hacer un repaso de su niñez en sus distintas etapas, desde la inocencia más pura, pasando por la ingenuidad y sin olvidar la ignorancia, le hace ver que, precisamente, este inicio de vida le acompañará para siempre, perdurable como lo es el plástico. Material que ha empleado para realizar la colección junto a otros como el piqué y el rizo de toalla, los cuales han sufrido un proceso de personalización considerable para conseguir lo que realmente quería de estos singulares textiles.
Por lo que ‘Mi pequeño tesoro’ viene a ser también un ejercicio reflexivo sobre quién se es y quien se quiere seguir, convirtiéndose, además, en Code 41 Talent, dado el título de su colección, en un vaticinio de su segundo premio en esta VII edición del certamen de noveles de Code 41 Trending. Lo cual, además, le da la oportunidad de volver a desfilar en esta pasarela como firma profesional.
Pero volvamos al curioso textil derivado del petróleo empleado en la colección, el plástico, que, sin llegar a ser realmente una materia prima de origen cero, se convierte más bien en el segundo uso que se le puede dar a ciertas cosas para alargarles la vida. Pues no se ha confeccionado desde rollos de metros y metros, sino que se ha obtenido a partir de flotadores y cortinas de baño, lo que se suele bautizar como reciclaje. Y del que Rocío Ballesteros ha hecho un empleo eficiente debido al aprovechamiento de los retales sobrantes, añadidos a algunos diseños en forma de volantes cortos. En concreto, al que cerraba la colección, en el que sin desviarse demasiado del boceto y adaptándose a las piezas con las que contaba, consiguió formar el puzzle de volantes salteados en este corte impero de vuelo XXL.
Su forma de utilizar este plástico reciclado y el origen del mismo, hacen que su innovadora colección apoye la llamada economía circular, pues minora la adquisición de material de proveedores y, a la vez, los desechos, empleando un uso mínimo de energía para producir cada diseño. Lo cual es de vital importancia en varios sentidos, pues, dado que el plástico no se disuelve, representa un alivio para el medioambiente.
Pero el empleo del plástico reciclado en moda hace ya tiempo que anda pululando por talleres y mentes creativas como las de Calvin Klein, Viviane Westwood y Stella McCartney, quien, por cierto, ha desarrollado calzado deportivo para Adidas con el plástico de las botellas que son arrojadas al mar. Hay quienes han llegado más lejos y ha conseguido fabricar tejido de plástico.
El caso es que con diversas técnicas aplicadas a estos envases PET se consiguen fibras e hilo de polimiada y poliéster con la que se fabrican anoraks, gabardinas, calcetines, zapatos, bolsos y un largo etcétera. Por lo que el reciclaje, este tipo de moda de plástico reciclado, en unos años, será una técnica o un estilo más a emplear e incluir en el proceso de elaboración de cualquier colección, formando parte natural de la creatividad imaginativa del diseñador. Las fibras obtenidas son más duraderas y eso propicia que la moda se encamine hacia un enfoque más ético, responsable y compatible con la sostenibilidad del medioambiente.
Por lo que la moda no sólo pasará a embellecernos, sino que el trasfondo ético que conllevará, dadas las corrientes imperantes a favor de la protección del planeta, pasará a un primer plano que ya se va notando. Están comenzando a cobrar importancia este tipo de acciones, dejando de ser relativas a ser relevantes, por lo que nos encaminamos, cada vez más, hacia un consumo sostenible. Y la ropa, siendo uno de nuestros medios de expresión, no quedará al margen.
En este sentido, Rocío Ballesteros ha sido osada saliendo de su zona de confort, pues apuntarse a las corrientes favorables al menor uso de recursos y el reciclaje se tornaba complicado en una colección para certamen de emergentes en el que el plástico reciclado fura la protagonista de la misma. La mala prensa que está teniendo este compuesto indestructible en un factor que complicaba su ejecución.
Pero dado que su destrucción, la de este compuesto, también conlleva contaminación, la opción de reutilizarlo e integrarlo en nuestros looks se antoja como una alternativa muy válida a tener en cuenta. Sobre todo, cuando se presentan colecciones como ésta, en la que la excentricidad del material no ha invadido el diseño, propiciando imaginar estilismos que impregnan de sofisticación el estilo urbanita y versatilidad de prendas. ¿O acaso no son un capricho cualquieras de sus gabardinas en tono chicle para la próxima primavera? Por cierto, elaborada a partir de cortinas, ¿qué te parecen?
También ha ideado capa, a imagen y semejanza del vestido XXL hecho de retazos de colores con el que finalizó la presentación de su colección. La combina con una silueta lápiz hasta las rodillas en el un tono blanco nácar, destacando y aunando así el derroche tonal del que ha hecho uso en todos sus diseños.
Al igual que ha empleado el plástico en su versión más sencilla, de tacto liso y ligero, ha confeccionado ella misma otro textil de plástico reciclado obtenido de flotadores en un aspecto acolchado y muy personalizado, pues le ha injertado pequeñas bolitas de colores con movimiento propio en cada uno de los panales formados, para lo que ha empleado una curiosa técnica. Esto ha sido un aporte más, propio, surgido de la necesidad por, realmente, plasmar lo que ha bocetado, inventando sus tejidos y estampados, haciendo que los estilismos en los que han formado parte este particular tejido configuraren una líneas muy personales dentro de la colección, dando coherencia, versatilidad y singularidad a su pequeño e inolvidable tesoro.
De igual manera ocurre con su lienzo en blanco para presentarnos la inocencia, pues, inspirada en su muñeca favorita cuando era pequeña, Pipa, realiza un estampado con volumen y de plástico reciclado, por supuesto, en diversos colores a tono con el resto de los utilizados, que se dispersan a la vista por el piqué de mono de algodón rizado.
Así, en un equilibrado juego de diferentes texturas, Rocío Ballesteros integra este denostado material, el plástico reciclado, con elegancia entre tejidos de siempre. Y lo presenta como una propuesta alternativa a su destrucción y potencial contaminación, como una nueva forma de reciclaje de la que debéis tomar nota. Pues visto el desasosiego en general que este tipo de materiales casi eternos está produciendo hoy día, una buena alternativa pasa por el uso prolongado del mismo. Y vista su colección y la destreza de Rocío Ballesteros con el plástico, ¿será este material un elemento imprescindible en sus futuras colecciones? Queda poco para responder a esta pregunta, tan sólo unos meses para descubrir no sólo un poco más del estilo de esta diseñadora emergente que apunta muy buenas maneras, sino de lo que puede ser capaz con aguja e hilo. Todavía le queda mucho por mostrar. ¡¡Gracias por crear moda Rocío Ballesteros!!