‘En mi mundo todo sería un disparate porque todo sería lo que no es. Y lo que es, no sería. Y lo que no podría ser, sí sería. ¡¡Quién pudiera vivir las maravillas que soñé!!’ Así es cómo Alicia en el País de las Maravillas describe su país de ilusión en los primeros fotogramas de la animación de Disney. Ese es el mundo onírico que Francisco Tamaral ha tomado prestado para imaginarlo en flamenco. Así él nos lo relata, poco a poco, sobre la pasarela SIMOF a base de costuras, con multitud de detalles, para provocarte ese cúmulo de sensaciones que irradia esta locura creativa.
Su desfile sobre pasarela comenzaba con su Sombrerero Loco, marcando las pautas de ese juego de palabras de Alicia en el que todo es lo que no es. Le viste de volantes, le entretiene la mano con un bastón en vez de una tetera o un reloj y le coloca aquello que le hace ser lo que sería, un sombrero de copa alta con desproporción equilibrada, en concordancia a su pequeña inquietud cafetíl que delata ser quien es. ¡¡Ves como lo que no podría ser sí sería!!
Y allí estábamos todos sentados alrededor de una mesa llamada pasarela, pues habíamos sido invitados a este No Cumpleaños de Francisco Tamaral, a su versión flamenca de una merienda disparatada llena color y estampados no feriantes que sí lo son. Sus maravillas no abundan plasmadas en lunares, pero sí en estampados con profusión de motivos en tonalidades divertidas. Los moteados, si acaso, se estiran para ocupar más sitio, juntando uno tras otro para hacerlos verticales, o se rompen aquí para dejar paso a un contraste de color que viene de allá- Porque cuando Francisco Tamaral sueña lo hace con un desorden ordenado, como cualquier genio creativo, en base a su locura de lunares y volantes que le va dictando pautas sobre cómo deben contornearse las nuevas flamencas.
Su disparate creativo roza lo soberbio en cada uno de sus trajes de flamenca, consiguiendo que la mirada de quien lo contempla se atrape por más tiempo del debido si quiere escrudiñar cada elemento que lo compone.
Tomamos, por ejemplo, el repertorio de mangas y escotes que nos ofrece, haciendo que lo que sea pueda ser porque se desdibuja para volver a tomar línea a su capricho, a cómo él inventa y consigue plasmar en mangas propias de reinas del XIV, que se abren en tiras abullonadas sobre otra cerrada con tono al compás de la primera. A veces, estas piezas con movimiento propio, se prodigan por el talle y se agarran con cinturón floreado.
Los escotes los encaja al cuello, los suspende de transparencias o, simplemente, los enmarca con volantes y pasamanería bordada que expresan ese bosque singular por el que se pasea de la mano de Alicia persiguiendo al Conejo Blanco.
La Reina de Corazones también está presente en sus vuelos de cuerpo seseante hacia arriba que logra apartar el aire para abrirle paso al resto del traje que le persigue. Esa mano de hierro y contundencia de la Reina, se expresa con esta bella invasión ondulada de sus textiles rizados en pasarela. Sin duda fue todo un deleite ver éste y el resto en movimiento sobre el tapiz de ónix facetado de SIMOF 2017.
El amarillo no se escapa de sus trajes. De hecho es el tono que va hilando su colección, ya sea por su protagonismo absoluto, ya sea porque se adivina en el diminuto estampado que aflamenca. Es un tono al que Francisco Tamaral le ha sacado todo su potencial posible, haciendo que un talle de encaje en este limón se vuelva mandarina gracias a reposar sobre otro anaranjado, agarrándose a él un vuelo canastero en patchwork, al que añade pinceladas en tonos rosas.
La riqueza en diseño de su sueño flamenco no acaba aquí. Le da una vuelta de tuerca a los vuelos de enaguas y las coloca más arriba, en escote y mangas, las cuales quedan prácticamente abiertas, como claveles que rodean al brazo. Pero es en el otro lugar escogido donde realmente me ha dejado embobada. A modo de capa y correspondiéndose con un palabra de honor, Francisco Tamaral coloca suspendido de una transparencia decorada encajada al cuello, otro textil de cuerpo y que casi ocupa el mismo espacio que remata el largo, guardando la armonía de volumen en esta flamenca de largo midi. Todo un placer deleitarse en maravillas flamencas como ésta.
Para la primera noche de Feria, la del Pescaíto, la de amigos de la caseta, imagina siluetas lápiz salpicadas de carruchas y volantes, que o bien caen en cascada desde el hombro, como lo haría un pañuelo de seda, o bien se aglutinan en las muñecas.
Complementos para las maravillas flamencas de Francisco Tamaral
Versando sobre una base metálica plateada, las flores comparten espacio con tocados para el cabello que te dibujan hacia la cara los caracolillos que te faltan, te decoran el moño con peina de trazos huecos para flores con pétalos de punta y te complementan con suavidad este estilismo flamenco.
Los pendientes se mimetizan con su estampado estrella y se prodigan por los trajes de flamenca soñados de Francisco Tamaral. Se alargan hasta el cuello y se pierden con deleite en ese barroquismo elegante imperante en toda la colección.
Se alcanza con ellos ese nivel en el que deseas darle multitud de usos además del flamenco. Son verdaderos caprichos que repetirás una y otra vez hasta desgastarlos.
Francisco Tamaral contagia de su mundo de maravillas a otro Francisco apellidado de La Torre Gómez que, no sé por qué, me da que también es cordobés. Este Francisco revoluciona las cabezas que se salvan del yugo de la Reina de Corazones, ajustándose perfectamente a cada una de las maravillas flamencas creadas por Tamaral. Así, elabora complementos recargados pero de manera dulce y suave, haciendo uso de un barroquismo vanguardista en un tono elegante para acompañar, de manera correcta, a la colección de flamenca de Francisco Tamaral. Consigue completar sin resaltar en exceso en el estilismo, añadir lo que precisamente necesita sin restarle protagonismo al traje. Vamos, que alcanza ese equilibrio al que bien se puede calificar como en su justa medida.
Y todo para una colección de las que dejan huella en la retina, finalizando su paseo de volantes por SIMOF con encajes para una novia nacarada y aflamencada.
Con ella cerraba su desfile y su particular sueño que ha tenido a bien compartir con los despiertos. Nos ha cogido de la mano para sortear un traje de flamenca tras otro en pos de famoso Conejo Blanco perdido, nos ha divertido con cada pequeña locura flamenca que el Sombrerero Loco le ha permitido imaginar. Y todo para poder soñar despierto mientras le acompañamos en su mundo flamenco.
Ha sido ésta una de las experiencias más bonitas en SIMOF 2017. El contundente comienzo con Angelita La Perversa para escenificar a su Sombrerero Loco a lo Johnny Deep produjo ese efecto de condensar en los primeros segundos del desfile todo lo que le seguiría; esa mirada descarada, de ésas que cohíben y emboban, completaban el estilismo flamenco a lo Alice in Wonderland. Fue simplemente un comienzo idóneo para una colección que ha rozado la perfección en muchos sentidos.
¡¡Gracias Francisco Tamaral por traernos tu maravillas flamencas hasta aquí y hacernos soñar con ellas como tú lo has hecho!!