Galimatías mental que no se equivoca en la cuestión que plantea, en cuanto a esa reacción que se produce cuando algo agita aquello que estaba quieto e inamovible. Viene a ser cuando las certezas se apoderan del presente y se hacen reales. Pasan del imaginario a tomar la forma adecuada.
Por eso, porque no debe permitirse que algo así pase de puntillas y sin apenas repercusión. O, quizás, sí la tuvo y no me percaté lo suficiente. Toca hacer ruido. Y mucho. Ahora. Mañana. Pasado mañana y el año que viene. Y al otro también. Así hasta normalizar la excepción.
Tanto ruido como el que sea necesario para que escandalice a unos y enorgullezca a otros. Tanto que, realmente, los que dicen ser de mente abierta, demuestren que lo son y admitan lo nuevo de buena gana. Sin condiciones ni peros. Porque esto no debía suceder en algún momento, sino que debiera hacer tiempo que sucediera.
Hablo de la moda flamenca para hombres que inicia Lydia Jurado en este 2024 con la presentación de su colección Bastardas en SIMOF (Semana Internacional de la Moda Flamenca). Y es que eso de crear flamenca para hombres, o sin género, si así lo prefieres, nos llega desde fuera de las fronteras andaluzas. Y no desde dentro.
Catalana por fuera y andaluza por dentro, no sin contratiempos, ni dificultades, ha sido capaz de hacer lo que nadie ha osado antes. Y no me vale eso de ‘yo hice un diseño parecido’, ‘yo quería hacer algo, pero’, etc, etc. Lydia Jurado no sólo es ya quien ganó la Mención Especial del Certamen de Noveles de SIMOF, sino la precursora de la moda flamenca para hombres o la moda flamenca sin género. Ella era y es necesaria. Debía irrumpir en este mundo del lunar y del volante y dar ese tirón de orejas que ha dado. Nos hace mucha falta.
¿Por qué no sucedió esto antes? Esa pulcritud en el respeto de la norma flamenca, innata en los creativos, trae las consecuencias que trae: obsolescencia, estancamiento y desaceleración en la evolución normal que, de por sí, tiene la moda flamenca desde que existe. Pero, entiéndanse esto no referido a la moda flamenca mujer, que está al orden del día, como de costumbre, sino al concepto general de moda flamenca. Denominación que, por supuesto, tras Bastardas, toca ampliar con la moda flamenca sin género o moda flamenca hombre.
Es la falta de iniciativas que, realmente, reflejen las necesidades de la sociedad de hoy en día., la que frena cómo debe ser el camino que debe seguir el sector. No se trata de tomar uno nuevo, sino de ensanchar el que ya se recorre. Así no cambia nada de lo que ya es, simplemente se amplía. Será el espejo del alma de quien viste de flamenca. Sea quien sea. Al fin y al cabo, siempre se ha dicho que la ropa es una extensión de nuestra personalidad. Permitamos que eso pueda aplicarse también en la moda flamenca.
No es un secreto que quien se sienta mujer no sólo se haya imaginado en flamenca, sino que, muy posiblemente, ha paseado ya volantes por El Real. Por tanto, siempre ha estado ahí de alguna manera, aunque no con la exposición y visibilidad que le ha dado esta creativa. Y es que eso de desfilar en el certamen de noveles más importante de la moda flamenca en una plataforma como es SIMOF, impensable hace unos años, supone un verdadero cambio y un sólido respaldo.
Si bien es cierto que la diversidad de género también necesita de la variedad de prendas, junto al clásico traje de flamenca, hay quien prefiere lucir un estilismo aflamencado, llevando volantes en su cuerpo masculino, pero a otro nivel. No es igual el patrón para la silueta femenina que para la masculina.
Teniendo en cuenta esta premisa, al igual que ocurre en la moda flamenca mujer, para escoger tu diseño es bueno tener en cuenta en qué momento de la jornada feriante te vestirás y lo qué harás. Pues no es lo mismo almorzar en la Feria, que trasladarse de una caseta a otra para visitar amigos o pasear por la Feria en coche de caballo o a lomos de éste.
Su paso por la pasarela comenzaba en negro, con siluetas ajustadas, muy ajustadas, y vuelo evasé, que combinaba con chaquetilla sin cierre o interpretaba en dos piezas de falda con abertura y camisa.
Las propuestas en pantalón por supuesto que también forman parte de sus Bastardas flamencas, con espalda a la vista y sin mangas o como conjunto en un traje sastre con cola de volantes. Sin olvidar la chaqueta desestructurada que crea en una dualidad rojiza y que pone de relieve el factor tendencia del que también hace uno en sus diseños.
Para cerrar, escoge un tono muy flamenco, el buganvilla, al que le da un toque urbanita con el escote de cuello de chaqueta y en el que despliega todo el vuelo que admite el diseño, creando así la silueta clavel para hombre. Inolvidable como se desfiló este diseño. Perfecto cierre para una colección única en todos los sentidos.
Toma nota porque Lydia Jurado sólo es la cabeza visible de algo que ya sucedía, de algún modo, en tiempos y que hoy día está tomando otros matices y calando aún más en la sociedad. Quizás estemos contemplando algo más que el nacimiento de la Moda Flamenca Hombre o la Moda Flamenca Sin Género. Quizás estemos ante el surgimiento de un nuevo movimiento dentro de esta tradición, liberándose de prejuicios y tabúes. Lo que viene a ser, simplemente, una consecuencia más de esa libertad y felicidad que el individuo persigue.