El Revoloteo de la libélula se imprime en las mangas perdidas que Carmuchi ha creado para cada uno de sus trajes de flamenca en su nueva colección presentada en SIMOF

Como otros y otras, sus aspiraciones en moda comenzaron pronto. Tanto que podría decirse que se gestaron en el vientre de su madre, Carmuchi. A quien debe el nombre de la firma, pues, como otros y otras, en algún momento de la trayectoria profesional, realizan homenajes como éste a la figura materna. Y, para qué esperar, pudiendo hacerlo desde el inicio y, además, con carácter de infinitud.

 Ser diseñadora es mucho más que un sueño realizado de los que se quedan para siempre. La vida son momentos más o menos cortos, infinitos o largos, a los que ponemos nombre y le damos un sentido y significado. Y cada uno elige la manera de hacerlo.

Mangas perdida en traje de flamenca vede de Carmuchi

Crear, pues, es esa faceta que te permite fabricar momentos. Es el diseño llevado a otro nivel y que Carmen utiliza como vehículo de expresión. Por tanto, son la costura su lápiz y el textil su papel los que, guiados por la inspiración, dan forma a cada creación.

Esa referencia creativa, Carmen la ha encontrado, esta temporada, en la belleza etérea y frágil de un ser vivo y diminuto como es la libélula. Es, pues, este insecto peculiar, que nunca recoge sus alas, y que adopta distintos colores, el origen de Revoloteo, su nueva colección flamenca presentada en SIMOF.

Detalles escote traje de flamenca rojo de Carmuchi en SIMOF

 Alas que son, a la vez, fortaleza y debilidad. Una dualidad que alimenta ambos extremos, descubriendo aquello te hará aún más fuerte, estando, por tanto, siempre lista para el aleteo. Para crear momentos. Para la vida. Para ser feliz. Esos son sus volantes y, ése, el movimiento que quiere expresar en sus vuelos.  

Y la libélula se lo facilita, la que, considerada talismán, simboliza oportunidades que están por llegar y conllevan la transformación personal, en su sentido más positivo. Como ha sido para Carmen su propio desfile en SIMOF, éste del que escribo, y lo que representa en su etapa profesional el estar en el epicentro de la moda flamenca.

Será, pues, la gama cromática básica, reflejo de la libélula roja o migratoria, la verde o de verano, la azul o damselfly y la negra aterciopelada, la que marque los tintes de cada traje de flamenca. De esta forma, la protagonista del Art Decó, evocadora de la buena suerte, dirige el sentido que debe tomar cada uno de los volantes de Carmuchi.

Traje de flamenca azul visto desde el escote a la espalda de Carmuchi

Y de ese aleteo inspirador de la libélula, de sus alas rectangulares y redondeadas, surgen las mangas que por la forma que adoptan, recuerdan a las llamadas mangas perdidas en la Edad Media. Rasgo que será común en toda la colección.  

El revoloteo puede ser preciso y rápido o calmado y tenúe, según lo estipule el seseo de los volantes que, movidos a capricho por quien los lleva, se tornan generosos en los diseños de Carmuchi. Líneas generales de una colección que, como en todas, tiene particularidades según el diseño.

La libélula flamenca con la que inicia su paso por SIMOF, invitaba a esos pensamientos sencillos que se traducen en vuelo evasé, con volante en el bajo, y silueta ajustada de escote corazón. Sin mantoncillo. Con escote a la espalda y esas nombradas mangas que evocan a las alas de la libélula y que recuerdan a la indumentaria de otras épocas, permiten a la diseñadora diseñar ilusiones. Así, en este verde de verano, lo que parece ser una capa cerrada en cuello es, simplemente, un fantástico engaño a la vista que sólo lo ves al girar. Es ahí cuando descubres que lo que parece ser, no es.

Traje de flamenca verde con escote corazón y vuelo generoso de Carmuchi en SIMOF

Juego visual que prolonga ese engaño, como en otros diseños de la colección, cada uno con su propia historia.

En el siguiente, esa apariencia es menos sutil, pero igual de encantadora. Aquí el tejido de seda semitransparente permite otro tipo de aleteo de libélula, de vaivén al compás del movimiento, lo que dota al diseño de sencillez flamenca un tanto glamourosa. De escote cuadrado, talle muy bajo y vuelo clavel, la manga infinita tiene abertura en costura que permite su funcionalidad al cien por cien.

Traje de flamenca azul con escote cuadrado y talle bajo de Carmuchi

Prosigue con un color primario, como es el rojo, básico en flamenca, por cierto, deleitándose en él para dar rienda suelta a su expresión textil. Y lo hace de canasteras maneras, definiendo cintura con hebilla y al tono.

Reserva la parte superior del vestido al dominio de la aguja flamenca, con la que describe todo aquello que imagina y cose. De esta manera, coloca unos volantes en vertical, evocando alas de mariposas, con simetría y superpuestos a modo de pétalos. La manga, por supuesto, larga e infinita en seda, como las anteriores, que armoniza con el resto de texturas que componen este soberbio diseño.

Traje de flamenca rojo con escote de volantes y vuelo canastero de Carmuchi

Es aquí, en este otro traje de flamenca, donde las mangas consiguen darle aspecto princesa. A lo que se suma el escote Bardot y los hombros al descubierto, que permiten accesorios tan atípicos en el vestir flamenca, como el de una gargantilla de clavel. Es una opción que cambia de sitio las flores. Lo cual es una propuesta factible que bien puede considerarse, suponiendo, al mismo tiempo, un accesorio irresistible y necesario para un look como éste. Y que le da ese estilo coquette, tendencia de temporada.

Traje de flamenca rojo de escote Bardot y cinturón a juego de Carmuchi

Complemento, esta lazada tipo gargantilla con clavel, que, a lo largo de la historia ha sido, a partes iguales, adorado, como Ana Bolena y su famosa gargantilla de perlas con su inicial, y la Reina Victoria, que se retrató en varias ocasiones con este accesorio. Y también ha sido denostado, como cuando en la Revolución Francesa del 1789, le dieron un significado macrabo, en concreto al lazo rojo, pues homenajeaban así a los aguillotinados, e incluso fue relacionado, un siglo después, con mujeres de vida alegre, como dirían entonces.

Aquí, resalta el empaque que desprende este diseño, pues las mangas perdidas, suman. De manera que multiplican la elegancia del traje de flamenca y acompañan al vuelo A desde cintura, acariciando el suelo con un seseo en rojo de caída perfecta.

Y tras el rojo, otro clásico, el negro, propio y habitual en las colecciones flamencas. Tono que ya pusiera de moda Felipe II, en aquel entonces al alcance de unos pocos por la dificultad de mantener la intensidad de color del tejido, muy adecuado para que las joyas destacaran y que sigue estando, hoy día, muy presente en moda. Suele ser un talismán para las firmas que comienzan y para las que ya se presentan como profesionales, también lo es.  Por tanto, siempre tiene un hueco reservado en cualquier armario.

Trae de flamenca negro con volantitos de lunares blancos para silueta sirena de Carmuchi

Imagina una ausencia de volantes en mangas y se reserva el derecho para colocarlos en tamaño mediano y con lunar blanco y pequeño, en el cuerpo flamenco. Desde el pecho hasta el comienzo del vuelo en este talle bajo. Este tipo de colocación del volante suele verse en diseños onubenses. Y suele combinarse, como aquí, para una silueta sirena. Porque las sirenas también son flamencas, no lo olvides.

Esto hace que resalte la equivalencia de escotes cuyos vértices acaban a la misma altura, funcionando ambos como un espejo.

Traje de flamenca negro con volantitos de lunares y escote ilusión de Carmuchi

Para cerrar su paso por SIMOF, imagina otro negro más, muy antojadizo, por cierto. Con la abertura de esta manga infinita que parece, de nuevo, engañar a la vista y simular un traje de flamenca sin mangas. La transparencia del tejido ayuda a esto y conforma también el escote ilusión del diseño, que va marcando silueta hasta llegar a caderas y topar con un par de volantitos de lunares blancos colocados al gusto de Huelva. Será un tercer vuelo al aire el que se encargue de seguir la costura del exquisito vuelo de capa en forma de flor.  

A veces necesitamos un cambio que no damos por no alterar el discurrir de los días y nos dejamos llevar, dejando pasar aquellas cosas que realmente nos hace felices. Hasta que algo pone nuestro mundo del revés y la osadía de cambiarlo todo nos invade, encaminados hacia esa plenitud que no teníamos. Las libélulas, protagonistas del estilo Art Decó, representan todo eso, los cambios, las oportunidades, el éxito, todo lo bueno que está por llegar en el plano profesional y el resurgimiento personal.

Carmuchi tras el carrusel de su colección Revoloteo en SIMOF

Es ese el momento que vive Carmen, creativa y fundadora de Carmuchi, y a quien la aguja le ha acompañado toda la vida. Pero no ha sido hasta ahora cuando ha tenido la oportunidad de profesionalizarse en este sector. La experiencia en costureo se le nota. Y su paso por SIMOF, sin duda, lo ha resuelto con nota. Pudiendo decir que, efectivamente, tuvo la suerte de un buen día, recibir la visita de una libélula, la señal que un cambio positivo en tu vida va a producirse, haciendo realidad un sueño: diseñar moda.