María Amador vuelve a SIMOF con una colección gitana y flamenca, donde la vocación nómada del pueblo gitano, inspira sus trajes de flamenca

Cuando tu casa es el mundo y tu razón de vivir, tu felicidad, es abrir los ojos cada día en un lugar distinto, se dice que eres de corazón nómada y espíritu aventuro. Esta es la filosofía de vida que, siempre ha caracterizado al pueblo romaní y a sus mujeres, inspira la nueva colección de María Amador, Nómada.

Viajar de un lado a otro sin domicilio conocido y experimentar la incertidumbre como positivo y motivador, es la manera de ver el mundo de los gitanos. De ellos y de su filosofía de existencia, toma María Amador el concepto para su nueva colección. En concreto, serán ellas, las adivinadoras, las gitanas que te dicen la buenaventura, te obsequían romero de la buena suerte y te leen las cartas, serán las inspiradoras para sus diseños.

Son ellas y su indumentaria, la que les caracterizaba allá por el XIX, con esos tejidos ricos, con esa exhuberancia en joyas y flores, las que se verán reflejadas en cada diseño. De ahí las texturas que emplea, como los lunares de jacquard, sedas con hilos de oro y bordados, a los que se añaden también los micro plisados con ese peculiar efecto fuelle.

Así, en su vuelta a la pasarela nos trae sus ya conocidos vuelos y volúmenes, con su característico concepto del vestir flamenca que podrás ir conociendo a lo largo de estos párrafos. Una de sus particularidades, es la inclusión, siempre, de los elementos moda y las tendencias que adapta con elegancia para integrarlos en flamenca.

Traje de flamenca de María Amador con escote Bardot de su colección Nómada

Lo vemos en el uso del plisado, que aquí canastea y le queda con esa caída a medio camino entre dulce y con cuerpo, salpicado en el bajo de un verde al contraste para tintar enaguas, que se ondulan de especial manera al caminar.

Para el cuerpo, pues, es un traje de flamenca de dos piezas, parece estamparse en un rayado acuarela de diferentes colores. A lo que se añaden pinceledas de brillo en oro que le acentúan más en moda, que en flamenca, y que le permite el uso de un cinturón de eslabones metálicos, configurando un aire bohemio y zíngaro al estilismo.

Traje de flamenca verde con volantes cruzados en el vuelo de María Amador en SIMOF

Siempre se le ha dado bien encandilar con el uso que hace de textiles. Por lo que no limita el plisado a un solo diseño y lo aplica en otros, como éste. Con el mismo vuelo que el anterior, un volantito se entrecruza y exorna el largo de mangas. Todo orquestado como ella sólo imagina, para que, por si fuera poco, se conjugue con tejido moteado al tono, pero en satén. Así, da forma a su vuelo comedido de escotes uves y mangas victorianas.

Traje de flamenca con cut out en cintura creado con la lazada del talle en un corte de vuelo desde cintura con caída dulce de María Amador en SIMOF

Con estos verdes, ya tienes unos cuantos aperitivos flamencos con los que ir haciéndote una idea de todo lo que nos reserva en la colección Nómadas. De hecho, presta atención a este ramillete de lilas, tan variado como estilos imaginas que existen en una flamenca. Desde el aire rociero, con vuelo fruncido en cintura y ese largo con bajos historiados que a ella tanto le gustan, con cintas de mercería en zigzag y otras tantas. Y que incluye esos cut outs, tendencia en moda, que aquí integra con una sencilla lazada, de lo que puede ser un cuerpo de manga larga que opta por no dejar independiente.

Traje de flamenca lila con talle bajo y lunares en simétricos de María Amador en SIMOF

Hasta el que busca dibujar la silueta perfecta de escote barco o cuello caja que tanto estilizan y favorecen, que se dibuja en talle bajo con trío de volantes, precediendo al vuelo clavel y escogiendo volantes pañuelo para una manga larga.

Fiel a la inspiración gitana, las cadenas al cuello y en caderas aparecen en multitud de propuestas, que vienen, además, a sustituir al mantón. Lo cual, también le da ese toque de los 90 al look flamenco. Y que se le puede tildar de amazona con chaquetita incluída.

Traje de flamenca de dos piezas con volante peplum y chaqueta corta de cuello mao de María Amador en SIMOF

Toma nota del cuello mao de ésta, los bolsillos de ojal con solapa, los botones de metal dorado y cómo van flecadas en corto y en espiral, adoptando esa forma elicoidal de columna salomónica. Todo un deleite para la vista que, a pesar de ello, no consigue eclipsar la falda de volante peplum al bies y lunar en jacquard, donde la desmesura de volantes lo armoniza todo.

Cierra el bloque en lila, tal y como lo empezó, pero con enfoque más rociero. El plisado, esta vez más ancho, con mandil y cuerpo de manga corta para ese textil de rayas desiguales al contraste.

Traje de flamenca de inspiración zíngara con mandil incluido de María Amador en SIMOF

En los siguientes diseños, el tono coral se mezcla con metalizado, tendencia en moda que viene pisando fuerte. Así, nos propone un taje de flamenca de lo más zíngaro, por sus puños de vuelo pañuelo, la silueta hiper marcada y el volumen de enaguas de tul. En contraste con otro de vuelo de caída dulce desde cintura. Curiosamente, este diseño es de los que mejor definen la firma.

Traje de flamenca en naranja y lunares con volantes pañuelo de María Amador

Las mangas, variadas a lo largo de su colección, aquí se tornan austeras y anunciadoras de lo que les espera en hombros. Unas piezas en la que la manga de capa se dobla sobre sí misma, para conseguir un efecto de lazada sin nudo. No faltan, por supuesto, los collares de cadena metalizada.

Traje de flamenca setentero con cadenas en cintura y manga jamón de María Amador

El verde wasabi entra en su colección, versionándose en distintos talles típicos de la flamenca que muestran, fielmente, la creatividad de la diseñadora. Vuelve a mezclar un lunar brillante sobre mate al tono, con ese otro factor geométrico: las líneas verticales, entre las que se hallan algunas trazadas en oro, por aquello del ingrediente metalizado, tal y como marcan las tendencias.

Traje de flamenca de talle bajo, espalda descubierta y mangas ablusadas de María Amador

Las mangas, aquí, se ablusan en puños y el escote va con abertura en vertical, delante, y con su amplitud de piel a la vista, detrás.

En este otro diseño, en el que las mangas cortas, por cierto, se aglutinan como si quisieran parecer farolillos de la Feria. Y que llegan a unirse por detrás. Se conforma su diseño incónico, donde el vuelo se hace dueño del traje, empezando, a veces, en cintura y, otras, como aquí, desde un corte en comienzo de caderas que propicia ese recuerdo a la flamenca de mitad del XX.

Traje de flamenca de mangas cortas con vuelo desde caderas en verde wasabi de María Amador.

El vuelo en ese micro plisado, consigue captar tu atención que, en seguida, se ve atraída por otra y, por supuesto, no menos atractiva y sí con el poder suficiente de captar miradas.

En la recta final de su presentación en pasarela, las siluetas setenteras se multiplican, plateándonos hasta sus tres últimas propuestas distintas. Por un lado, en un vibrante y cegador lima desvergonzado y rompedor, se conforma un, ‘no para nada sencillo’, look de mangas victorianas con toques de transparencia, y en el que el escote se cuaja de tiras bordadas en oblicuo.

Traje de flamenca de mangas victorianas y fidelidad absoluta al abullonado de María Amador.

La manga, quizás, sea el denominador común entre estos trajes de flamenca, pues en mayor o menor medida, el abullonado tan de moda va disminuyendo y adoptando una forma más sencilla. Salvo mandiles, propio de la indumentaria romaní del XIX, y faldones bordados, con algún que otro corsé, la importancia de ser vuelo desmesurado, en ese perfecto círculo que dibuja al moverse, es otra de las características comunes.

Traje de flamenca morado de María Amador

Para terminar, nos regala una vuelta a su pasado, a sus comienzos, y se decanta por imaginar una bata de cola atípica, con capa de botones perlados y metalizados. Capa que, tras librarse de ella, nos deja ver el traje en todo su esplendor, con esa desmesura en mangas que impresiona de una manera indescriptible y con esa capacidad de movimiento propio y único. Y para las que imagina volante de tul en el remate.

Bata de cola con chaqueta tipo capa de María Amador en SIMOF

Con este despliegue textil, soberbio y elegante, pasaba por SIMOF, adonde llegaba con la experiencia acumulada de quien fuera emergente y que ya puede calificarse de profesional. Y, además, con ramitas al pelo, tal y como vestiría una zíngara. Colección para la que, por primera vez, María Amador ha creado su propia línea de complementos que has visto, tanto pendientes y peinecillos metalizados, como collares y cinturones dorados. Sólo me queda decir ‘Nais tuqe María Amador’, o lo que es lo mismo, traducido de la lengua gitana, la romaní, ‘Gracias María Amador’. Gracias por volver.

María Amador saluda tras el carrusel de su colección Nómada presentada en SIMOF