Tras su paseo de volantes por las tablas del Salón Real en el Alfonso XIII, Ángeles Copete elige de nuevo un entorno que, si pudiera hablar, contaría historias vividas en otro tiempo, como es el Monasterio de Buenavista de San Jerónimo, recientemente habilitado y al que se le está dando uso para todo tipo de eventos, entre ellos la edición de este año de la pasarela de moda flamenca Wappíssima.
El pasado 5 de marzo presentaba entre sus arcos de medio punto en piedra su segunda colección de temporada. Sí, habéis leído bien, la segunda, pues cuando se agota la primera y las ideas no paran de brotar, es difícil retenerlas y fácil llenar bocetos en blanco para crear nuevas flamencas.
Esta vez presenta una colección menos invadida por tendencias y mucho más conquistada por cortes clásicos, de los de toda la vida y que no provocan preguntas como las de ’¿Cuándo se puede usar ese traje en Feria?’ ‘¿No se enganchará esa manga?’ Vaya, de los que hasta un ‘guiri’ sabría, de un sólo vistazo, que son vestidos de flamenca.
Para este nuevo ramillete de volantes ha pretendido aunar aquello de las ‘3 Bes’: bueno, bonito y barato, y creo que lo ha conseguido con la ayuda de tonos básicos, los de siempre, los que son de ésta y de cualquier temporada feriante, como son el rojo y el blanco, mezclándolos con otros predilectos de la temporada. Otros recursos que han favorecido esta colección low cost es la simplicidad de cortes, aunque a veces los complica en los volantes, mezclando no sólo dos tejidos distintos y en vertical, sino también dos tipos de volantes, abrazándose cada par estampado por uno de lunares al aire.
También recurre al eterno canastero, al que le sube el talle y lo saltea de carruchas al tono o le remata el vuelo a lo María de la O con volantitos pequeñitos al hilo, que se acompañan de manguitas ablusonadas para este tipo de vestidos que no piden mantoncillo.
Pero si optas por esos que constituyen una apuesta de las que duran en los armarios hasta que te ves abocada a donarla para poder cambiar de look feriante, ese que ya has desgastado años atrás, la propuesta de su canastero en rojo marsala se postula perfecta. Acabarás cambiando complementos, pero conservando siempre el traje.
En cuanto a sus creaciones en blanco, aunque más bien se trata de un blanco roto, el vuelo evasé se abre unos centímetros por debajo de la cadera para albergar un volante, cuyo comienzo del vuelo se marca por cinta de terciopelo a juego de color con el diminuto estampado de flores.
Encuadrado en las tendencias están todos los diseños que presentó en Pasarela Wappíssima, pero unos más que otros y dependiendo, también, de los ojos que los miren. Así, te topas con un conjunto dos piezas de falda evasé rematada con volante y top de escote cuadrado al que la pieza fruncida, que recorre el escote por delante y por detrás y cae hasta la cintura, haciendo en el hombros las veces de manga, se acompasa con las tendencias de moda flamenca para este año 2016.
Con estampado étnico también diseña este otro, cuya falda de capa se abre desde el final de la cadera, con lo que ello significa en cuanto paseos al baño de la caseta y demás. ¡¡¡Viva la comodidad sobre todas las cosas!!! Sobre todo si vas con personitas que no llegan al metro de altura o lo sobrepasan en muy poco. Las mangas de capa se colocan dobles y con doble largo. ¡¡¡Simplemente bellas estas creaciones de Ángeles Copete!!!
Por tonos, estampado propio de tejidos brocados y colocación de multitud de volantitos a modo carrucha en la falda de capa de enaguas blancas, destaca este traje de flamenca, donde la necesidad de mantoncillo es imperiosa, consiguiendo ese equilibrio perfecto entre las novedades de cada temporada y las normas clásicas que rigen el buen vestir en flamenca.
Pero volviendo a su estilo más conservador, los volantes los coloca al hilo, por parejas textiles o delimitando dónde comienza cada uno de los vuelos comedidos. En ocasiones les resta protagonismo, ya sea en tonos como el rojo o de lunares en un suave azul, para cederlo a otros elementos de la indumentaria flamenca, como son el mantoncillo, las flores, los pendientes y las peinas.
Para cerrar su desfile diseñó con un traje de flamenca en blanco, ese color tan delicado y cautivador a la vez, con dos tamaños de volantes diferentes y mangas de capa, a juego con el batoncito flamenco con pasacintas en rojo que lucía la personita encargada de inspirar a la firma desde hace poco tiempo.
Para los complementos repite con la firma Aralba Verdú, en lo que pendientes se refiere. Respecto a los mantoncillos, aunque la firma crea los suyos propios, también hace uso de la cuna de los mantones bordados, Cantillana, en concreto los de Mercedes Campos que acompaña a los trajes de flamenca de Ángeles Copete con claveles de los que dan ganas cogerlos, sedas, linos bordados a mano y plumeti flecados en seda.
Esta nueva colección cápsula de Ángeles Copete se hace mucho más tentadora cuando se conoce de su reducción en cuanto a sus precios habituales, convirtiéndose en una manera menos costosa de lucir en Feria un vestido de flamenca de firma a un buen precio sin necesidad esperar a las rebajas y, lo mejor, siendo de temporada. ¿Qué ‘copete’ te ha gustado para vestir en Feria este año? ¿Alguno de los presentados en We Love Flamenco o el flechazo ha sido con alguno de los que vimos en Wappíssima?