Hija de autor de letras para artistas de la copla, como Estrellita Castro, quien le amadrina y ayuda en sus comienzos a la temprana edad de los 12 años, se erige como icono cuando canta el tema Carmen de España escrito por Quintero, López-Quiroga y Rafael de León para Juanita Reina.
Y es que la propia Carmen Sevilla era fiel reflejo a esta dama a la que se dedicaban las palabras de esta melodía. A esta española con carácter, pero dulce, apasionada y osada, pero cristina y decente, que definía, perfectamente, los papeles que interpretaba la actriz y cantante en el cine.
La misma a la que escribiría Bizet y que inspira esta canción/crítica de la obra del músico, cuya letra comienza así: ‘Yo soy Carmen la de España, cigarrera de Sevilla, y los guapos de Triana hago andar de coronilla. Pero no es verdad la historia que de mí escribió un francés, al que haría pepitoria si yo lo volviese a ver…’ Nada más empezar reivindica la verdadera mujer española y rechaza ese esteriotipo creado por Bizet que se distancia de la auténtica idiosincracia española.
A lo largo del tema, se hace referencia a la inexistencia de esa mujer fatal que se dibuja en la novela Proper Mérimée, en la que se basa la obra de Bizet, cuando dice ‘Una Carmen de camelo que en na’ se parece a mí’. Y ensalza el carácter fuerte, recatado y religioso de la mujer con frases como ‘Tengo fuego en las pestañas’… ‘De los pinreles a la peineta yo le zumbaba la pandereta’. Ésa de la que Carmen Acedo toma referencia para crear sus canasteros y volantes, tal y como iremos viendo a continuación.
Su colección en pasarela comenzaba con un vuelo canastero de talle bajo, al que entremete encajes de bolillos y carruchas rizadas, que no planas, creando líneas cruzadas entre sí para dar ese toque singular al que nos tiene acostumbradas.
Así es cómo ilumina su verde agua de escote abierto de un hombro a otro, que pide colocar el mantoncillo de forma lineal, siguiendo éste el contorno del vestido.
En esa línea de los verdes, pero acentuándolos como tono tierra, de nuevo el canastero se complica en el renta del vuelo. Se zigzague en volantes y piquiloos y se repite patrón del dibujo para mangas en las que las dimensiones del volanteo se disparan para verse en toda su plenitud con el movimiento de brazos.
Y del verde al azul, pero con intensidad edulcorada y muy de primavera. Lo hace en uno de sus patrones clásicos, con vuelo desde caderas para ese seseo único que le define y caracteriza, dejando que cada costura se marque como debe en este canastero infinito.
De azul pavo con moteado lenteja en rojo, el contraste tonal se apodera de esta silueta flamenca con sabor a la década de los 90, en la que la multitud de volantes pequeños se agrupaban desde caderas. Aquí, el talle se alarga hasta rodillas. Y desde ahí, si disponen los volantitos, tanto al hilo, como en pañuelo. Todo un clásico, pues, que pide mantoncillo bordado y flecado.
Aventurándose con el lunar lenteja en blanco, salpicado en el textil de forma simétrica exacta, cada volante independiente se conforma en canastero, se realza y se va agregando en aumento para conseguir esa silueta A desde caderas en flamenca. Mantoncillo aquí también, por supuesto, con flecado de largo clásico y abundante.
Tras él, rojos. Con un talle tano bajo como el que ya vimos, pero que permita el movimiento de rodillas. Y en liso, para elevar la elegancia de la propuesta, que integra encaje de bolillos en distintas versiones para cada volante, pero al tono. Dando a sí con un toque de estampación al hilo, sin serlo.
Con este, tienes ante ti uno de los vuelos favoritos de la firma. Uno de los que la define y que mejor representa su concepto del canastero.
Aquí vuelve a dejarse llevar la diseñadora por la fuerza de su movimiento y reparte entre metros y metros de tela, todos aquellos detalles al tono del que tanto gusta hacer uso, creando así un traje de flamenca canastero único, atemporal y exquisito.
Antes de adentrarse con el negro absoluto, nos obsequia con un blanco, como éste de lunar lenteja en negro que, a la vista de su colección, puede ser el tamaño tendencia de la temporada.
Talle bajo clásico, el cómodo de siempre, y superposiciones de volantes al hilo que, gracias a la caída del tejido, se antoja a la vista canastero, cuando no lo es, con escote clásico y misma sintonía del vuelo para los puños de las mangas.
Cerraba su presentación de Carmen de España con un diseño en negro con algo de cola y rosas rojas dimensiones XL, repartidas a lo largo del volante que remata el bajo y que se arrincona sólo en un costado en el talle para esa magnífica combinación con mantón de las mismas flores bordadas, igualándose en tonos para un diseño del que no se puede decir más y hay que admirar y contemplar un minuto tras otro… ¡Simplemente bello!
Carmen Acedo ha tomado esa descripción, la de Carmen Sevilla cantando a la Carmen De España, para crear sus ‘Cármenes’ auténticas, de rompe y rasga, pero respetuosas y coherentes. Ésas cuya predilección por el canastero es notable y la devoción por la estampación del lunar lenteja, del color que sea, en sus diseños se hace necesaria. Todo para un colección que homenajea a La Novia de España y que reivindica mujeres alejadas de los clichés.