Llevar años viendo a una firma en pasarela para nada es sinónimo de conocerla. Puedes saber todo sobre sus colecciones, pero tu ignorancia es absoluta ante el verdadero alma que las diseña. En concreto, de Belúlah he visto gran parte de su trabajo desde el año 2015, en pasarelas de Sevilla y Cádiz, y principalmente moda. De hecho, es así como pensaba que había comenzado la firma, por eso les pregunté sobre sus sensaciones con esta nueva aventura en moda flamenca.
Pero, ay, ay, ay,… ¡¡¡Sorpresa!!! De nueva no tenía nada, ya que, precisamente, sus comienzos fueron entre volantes y lunares. Palabras textuales de la firma, por lo que esta respuesta, por supuesto, provocó un giro al concepto que tenía de la misma hasta ahora. Me invitó a tirar de archivo, del mío, y rebuscar entre miles de imágenes para encontrar respuestas. Es lo que tiene ser humano, que no siempre recordamos en el momento adecuado todo lo que hemos podido ver en estos años.
Así que, al llegar a casa, comencé a indagar en las carpetas hasta que lo encontré. Ahí estaban las imágenes de una colección de moda flamenca que presentaron en el 2015 en una pasarela sevillana que se celebra en el mes de marzo. Ojiplática quedé ante mi falta de memoria. Así que veo que tendré que dedicarle también algo de tiempo al pasado. Bueno, al menos podré observar cómo ha evolucionado la firma en su estilo y en diseños para flamencas.
Todo esto también denota que las entrevistas deben realizarse un poquito antes, no esperar tanto, pero el tiempo, tan valioso, a veces escasea para esos minutos de conversación entre desfile y desfile, pues siempre hay mil cosas que hacer.
Por tanto, tras mis disculpas desde aquí a Natalia y Susana por memoria flaca, puedo pasar a presentaros la colección ‘Amapolas’ de Belúlah. Y no como su primera apuesta en moda flamenca, sino como una vuelta a su origen. Haciendo de We Love Flamenco el escenario elegido para mostrar, de nuevo, sus volantes y lunares en pasarela.
Su estilo coqueto, bohemio y romántico no lo pierden. Puede advertirse tanto entonces como ahora, pues es una manera de diseñar que también se aprecia en sus colecciones de moda y novias. De ahí el empleo de tejidos con caída dulce, lo que conlleva poco volumen y un ajuste delicado al talle, sin estrecheces.
En esta mini colección de lunares, los cuales, por cierto, están diseñados por la firma, por lo que cuidado con enamorarte de ellos, ya que no los encontrarás en ningún sitio; se observa como Belúlah hace gala de un estilo minimalista, empleado los talles tendencia de esta temporada, como son el alto cuajado de volantes hasta la cintura, el setentero evasé, la silueta sirena y el clásico talle bajo con vuelo de capa.
Además de todo esto, y al margen de lo acostumbrado en flamenca, Belúlah es una firma que sabe reinterpretar moda para su línea de volantes rizados, haciendo que un traje de mangas corsario y largo midi encajen en los cánones flamencos, dando como resultado un traje de flamenca como éste.
Cambiando esos tonos por el blanco y el rojo, han diseñado un, si no me equivoco, dos piezas con mantoncillo a juego en el mismo tejido, en el que los volantitos menudos le dan ese toque presumido y discreto.
Pero no sólo los lunares minúsculos pudieron verse entre sus diseños. También hicieron uso de un estampado de flores, a ser exactos las que, precisamente, bautizan a su colección, y que también han diseñado ellas mismas, Natalia y Susana, en tonos cálidos y alegres. Siendo el naranja protagonista, restándole espacio al clásico rojo, color que todos conocemos de las amapolas. Pues, por si no lo sabes, estas flores que brotan en abril también se encuentran en tonalidades como el limón y el mandarina.
Pero los ojos se me fueron a dos propuestas pantalón. Una toda ella estampada, con cuerpo que sólo bien podría ser un mini vestido de vuelo desde la cintura hasta las caderas.
Y esta otra, en el que el pitillo que se combinaba con una prenda a medio camino entre guardapolvo y vestido largo de vuelo abotonado, eso sí, en negro. Cuidado que es de los diseños que emboban.
Entre mis propuestas flamencas favoritoas de las que presentaron estampadas, me quedo con ésta, de vuelo recto, con volantitos que lo rematan en el bajo y, un inexistente en flamenca, cuello con lazada, que sustituye al mantocillo pero no lo anula. Observa como baja hasta la cintura, donde lo colocan con largos flecos para multiplicar la elegancia de este traje al andar, cuyas mangas se ablusan y se decoran en puños con un volante tan pequeño que pasa por carrucha. ¡¡Simplemente bello!!
Muy parecido al anterior, este otro de escote corazón, muy usual entre los trajes de folklóricas y cantaoras de flamenco, pero poco visto entre los estilismos feriantes y romeros. Con mangas jamón, para evocar esos años 80 que se están reviviendo desde la temporada pasada, y un talle bajo ajustado con volantes al hilo. También flecos en negro desde la cintura.
En su colección, tanto lunares como amapolas quedaron enmarcadas por el negro, tono que marcaba el comienzo y final de su paso por pasarela. Imaginando así trajes de flamenca a los que bien se les puede dar un segundo uso, cambiando, tan solo, los complementos. O bien reservarlos para esa noche del pescaíto. Como éste que lucía Lola Alcocer, de cuello halter y escote palabra de honor, en ese largo elegante que sólo puede aportarte glamour a la esbeltez que te marca al vestir un diseño como éste.
O este otro, justo de los que iniciaron su desfile, en un tono algo más flamenco, pero de tirantas y espalda casi descubierta al completo. Este vuelo sesentero desde la cintura, con volantitos en cascada y en la falda, no tiene nada más porque tampoco lo necesita. Así es la elegancia flamenca de Belúlah.
Como os decía al principio, sí tenía muy presente su trabajo en moda, pero había olvidado que pude verlas en flamenca. ¡¡Y qué bueno es conservarlo todo!! Porque sí, porque como no he borrado ni una sóla foto desde que comencé, quien guarda haya, como diría mi abuela. Y eso me ha permitido palpar la evolución que han tenido. Entonces su flamenca era mucho más clásica, más versada en los cánones que rigen estas prendas de lunares y volantes, utilizando esos tejidos que a ellas tanto les gusta de aspecto suave y delicado y que siguen manteniendo actualmente en su estilo.
Ahora se ve un cambio hacia una flamenca más actualizada, más del XXI, con muchos recursos textiles de moda que innovan y aportan a las tendencias que se suceden en moda flamenca. Así, Belúlah, consigue incrementar esa variedad ya existente en flamenca sin hacer uso de referencias, sólo de ellas mismas y de su manera de ver la moda.
Espero esta reaparición en 2018 sea una vuelta definitiva para quedarse en moda flamenca y encontrarlas en los programas de pasarelas flamencas este próximo año y los siguientes. Porque se necesitan firmas como Belúlah, que sepan hacer flamencas diferentes, alejándose de lo común, mezclando lo de siempre y lo actual pero en este estilo discreto, elegante y minimalista que las caracteriza, diferenciando así sus ‘belúlah’ de cualquier otra manera de vestir flamenca. Esperando que os quedéis sólo me queda deciros… ¡¡Gracias por volver!!