Casi 20 años cosiendo flamenca, pero sólo estos últimos tres han sido para los volantes de su firma, los que salen de su taller de Guillena, convirtiéndose este 2016 en su puesta de largo en pasarela de primera línea, eligiendo We Love Flamenco para hacerlo, para traer en enero al Alfonso XIII sus flamencas de primavera.
Poco antes de ello, mientras ya fraguaba estos pasos que está dando, han venido a la vida esas puntadas menudas y coquetas capaces de cambiarle un traje, una colección y lo que haga falta, ésas que la vuelven loca y sin las que sus diseños perderían sentido, ésas que le dan el impulso flamenco al aire que dibujan sus volantes, ésas que se diseñan así antes y ‘asao’ después y que hacen que todas las pequeñas sonrisas que no alcanzan el año de taconeo sean ‘Mi dulce alegría’, la razón por la que esta colección sea como es, se inspire en ella, en quien este año en We Love Flamenco 2016 ha hecho su primer paseo flamenco, eso sí, en sus brazos, en los de Ángeles Copete, los mismos que trazan sus bocetos, eligen tejidos y ajustan el talle en los que se convierten sus costuras flamencas.
De ahí los tonos y tejidos empleados para esta temporada. Rojos, amarillos, rosas, blancos rotos, marrones, marsalas, para así expresar alegría con la fuerza de ciertos tonos y dulzura con las intensidades suaves y delicadas de esos mismos y otros. Sus tejidos también denotan su ‘dulce alegría’ a través de popelines, algodones, brocados y batistas perforadas, echando la vista atrás en moda flamenca y retomando pasacintas, encajes y ‘tiras bordás’, que los madroños y piquillos ya están algo desgastados, para decorar cuellos, además de los lugares acostumbrados, elevando esa dosis azucarada de la que se impregna su colección.
Mientras guitarra, caja y voces coloreaban en flamenco el ambiente, arrancaba el desfile con sus ‘rojiblancos’; de blanco más bien el nombre pues es ese tono bebé agradable a la vista, que no deslumbra y complace mirarlo, tal y como ocurre con cada uno de sus trajes, y con un moteado de lunares en rojo suave. De esos primero, mi favorito, un sin mangas con pasacintas que agarran volantitos de ‘tiras bordás’ al tono para marcar hombros y vuelo e interrumpirlo entre los volantes de lunares. Sin faltarle a juego una capa transparente al codo y de lunares galleta, tejido que en otro modelo de corte evasé se fleca en mantoncillo para combinarlo.
Tras ellos una mini colección de amarillos suaves, ésos que bajan rudeza del color con la ayuda de estampados en tonos blancos en formas redondeadas, ya sean lunares, ya sean pequeñas flores encajadas en círculos, empleando de nuevo pasacintas y ‘tiras bordás’ para embellecer escote en uve y marcar el comienzo del vuelo en este limón desgastado donde las mangas cortas de volantes superpuestos en capas destacan de sobremanera. Por cierto, me encantan como las enagüas de éste y el resto de trajes de flamenca de la colección se rematan con mimo con las mismas ‘tiras bordás’ en vez del clásico, austero, sobrío y soso cordoncillo, sea del grosor que sea.
Ángeles Copete también se apunta a esa falda evasé que tanto se ha visto en esta primera pasarela de la temporada, y que se queda a medio camino entre canastero y volantes al hilo, pues, simplemente sobre el cuerpo que abre, coloca varios volantes en paralelo que no sirven más que para decorar el vuelo del traje de flamenca.
Adora las carruchas y con ella decora puños, escote palabra de honor y costuras de piezas de un canastero en chococolate con leche de lunares con volante de capa subida, abriendo así paso a los rosas que para eso la colección va dedicada a su pequeña flamenca.
El trío de propuestas de la imagen se reparte en tres tonos diferentes, uno el rojo de moda esta temporada, el marsala, otro el rosa intenso pero apagado y un tercero casi rozando el tono bebé que combina con negro y cada uno con diferentes estilos para mangas y cuellos. En uno los volantes de las mangas se cosen un poquito hacia arriba, dando sensación de movimiento cuando están en reposo, en otro el cuello caja de la chaqueta que combina con la falda evasé en marsala, que se decora con encaje al tono convirtiendo al cuello caja en maho. El tercero, a la derecha de la imagen, simplemente se decora con volantes tanto en cintura como cuello, ofreciendo así una versión distinta de las camisas flamencas.
De nuevo otro de mis favoritos, con el talle altito, canastero de con cuello bebé con solapas en forma de flor, sumándose a los innecesarios de acompañamiento flecado; romántico, lo mires por donde lo mires, gracias a las florecillas diminutas del estampado que recuerdan a las batitas para niñas.
Curioso e imposible no destacarlao, la mezcla vertical que realiza en el sainete de volantes de este traje de estamapdo en cashmere, alternando zonas y textiles para mezclar de manera par el vuelo, sin desviarse de su sitio.
Quizás, de todos, el más romántico de la colección es justo el que pisa estas líneas, donde el tejido bordado y calado en blanco sobre rosa pastel, el vuelo nacarado de batista perforada y los detalles en ‘tiras bordás’ que tanto se han prodigado en ‘Mi dulce alegría’ por cuellos, mangas y vuelo de volantes, le hagan merecedor de este calificativo. Me encanta como ha cuidado a la espalda que la cremallera no sea el impedimento para que el dibujo se corte. Son de esas terminaciones que dicen mucho de una firma y para bien.
Poco antes de finalizar con la bata de cola que lucía Ana Pilar, cantante y ex concursante del programa televisivo ‘Se llama Copla’, apareció un brocado en blanco, donde la sencillez del patronaje dejaba destacar el relieve floral y perforado del tejido, formando así parte del cierre del que ha sido su primer desfile en pasarela We Love Flamenco.
Complementos para Ángeles Copete
Para las flores naturales ha contado con Floristería María José, que le ha preparado preciosos ramitos de claveles rosas y blancos con margaritas. Para los mantones bordados nada mejor que una firma de Cantillana, cuna de las mejores bordadoras de mantones del mundo, en concreto Mantones Mercedes Campos, que también fleca a mano cada uno de ellos. Y junto a éstos bordados, otros propios de la firma Ángeles Copete, como el de capa, imagen del mismo casi al principio de este post, y otro mantoncillos también en el mismo tejido transparente de lunares galleta.
Para los pendientes debían ser los de Aralba Verdú quienes le dieran brillo a los volantes, desde lágrimas hasta aretes cuajado de piedras en diferentes formas, tanto mates como facetadas, combinando a la perfección con cada traje de flamenca de Ángeles Copete.
Ganas de verle de nuevo en Wappíssima, ganas de ver cómo imagina, de nuevo, mangas y cuellos para flamencas de primavera, de las que se engalanan con traje, peinas y mantoncillos una vez al año, sí o sí, llueva o no bajo el cielo azul de Sevilla.