Pero comencemos por el minuto uno y vayamos paso a paso. Lo primero es hablar del estilismo de Esther Arroyo, presentadora del programa que, en este quinto, ha lucido uno de los diseños que Antonio Ardón realizará para la cantante Rocío Jurado. Artista a quien se ha dedicado este programa debido a que esta semana se cumplían 14 años desde que nos dejara. Lo cual ha propiciado la oportunidad de ver cómo se desenvuelven los concursantes en facetas menos flamencas. Incluida la nueva participante María Fernández, a quien, por cierto, pudimos ver en esta edición de SIMOF 2020 con su última colección de trajes de flamenca en el desfile colectivo Emprende Lunares. Tomad nota y no la perdáis de vista, pues el patronaje es su fuerte.
Así se llegaba al primer reto, que consistió en hacer un tableado con la máquina de coser con la ayuda de un tenedor. Los dos primeros en acabar serían los capitanes. La primera en dar la carrera fue Rosa, que repite en esto del mando de equipo y que se agenció el mandil verde. El blanco sería para Juanma, que se ha estrenado sin no mucho éxito por culpa de sus pocas dotes directivas.
Reto por equipos: blanco ganador
De esta manera, el equipo verde se compuso de Rosa, Victoria, José Manuel, María y Musa. Y el blanco de Juanma, Manuel, Joaquín, Angelita y Jennifer. Preparados pues para el segundo reto, Mario Niebla del Toro traía la entrevista que ha realizado al diseñador favorito de Rocío Jurado, Antonio Ardón, que cedió parte de los diseños creados para la cantante para el pequeño desfile que pudimos ver después.
Entre los que desfilaron, el vestido rojo, de escote corazón y línea princesa, adaptado años después para su hija Gloria Camila, fue el elegido como inspiración en la prueba de equipos. Además, los participantes debían seguir tres directrices de Antonio Ardón para sus diseños: microdrapeado, ballena y distancia de las tablas, pues el vestido debe estilizar y ajustarse bastante al cuerpo. A estas condiciones, el jurado sumó un consejo que enunció Lourdes Montes: ‘El vestido no puede quedarse pobre, pues es para que lo luzca una artista en un escenario. Además, debe estar inspirado y actualizado a la vez’.
Acto seguido, los capitanes realizaron el boceto para después coger del almacén todo el material necesario. Y, por lo que ví, aunque no les dieron carretillas, pudieron llevar primero las telas a las mesas y después el resto.
Durante el transcurso de la prueba, una vez más los jurados se remangaron y echaron una mano. En el programa anterior fue Cristo Báñez, en éste ha sido Juana Martín, que ha indicado a Rosa cómo drapear la pieza de fajín de su diseño. La cual debe ir cortada al bies para conseguir el efecto. Se coloca sobre entretela y se agarra con alfileres a la tabla para poder trabajar el tejido con la plancha.
Entretanto, a estas alturas del programa, ya era palpable la desorganización del equipo blanco y se producía el primero de varios rifirrafes que tendría Jennifer con sus compañeros. Se estrenó con Ángelita y los volantes para las mangas; los restantes, con Manuel y el propio Juanma, a causa de los comentarios sobre su inactividad durante la prueba. Le faltó Joaquín.
A ello se unieron el sinfín de sugerencias del jurado para encauzar los diseños algo dispersos. Para conseguir que ambos talleres llevaran a cabo los cambios que mejorarían el resultado final. Para el equipo blanco el elemento a definir fue la manga, en concreto cómo abrazarían los volantes, pasando de un abullonado innecesario a un volante de capa. Resaltando así las mangas que ha patronado y montado Joaquín y que tanto han alabado los jueces. Halagos que también fueron para Ángelita por su maravillos escote; decía Cristo Báñez al resto: ‘Hay que aprender de la vieja escuela’.
En cuanto al equipo verde, el factor discordante fue el maxi lazo que llevaría detrás. El primer escollo fue el tejido elegido, siendo más oportuno hacerlo en el rojo del fajín para conseguir armonía. Luego continúo por el tamaño, hasta acabar en la falta de cuerpo del mismo. Juana Martín lo calificó de ‘churro’ y Cristo Báñez la apoyó argumentando que ‘si se va a hacer algo grande no puede ser pobre’. Aquí no queda la cosa. La encargada de ejecutarlo era María, a quien sus propias palabras del inicio contradijeron sus actos. En sus comentarios a cámara, se calificó de perfeccionista, tanto que si fuera capitana haría a sus compañeros hacer y deshacer lo que fuera las veces que hiciera falta, aunque se quedaran sin tiempo. Sin embargo, al conocer que, finalmente, su lazo no se pondría en el diseño, enunciaba su malestar, aludiendo que ya que lo había modificado ‘miles de veces’ debía ir puesto. Quizás para Rosa la perfección de este diseño recaía en suprimirlo, a pesar del trabajo realizado.
Se notó desazón entre María con Rosa, tanto por la omisión del lazo, como por su pase directo a la prueba de eliminación. Rosa considera a María un rival fuerte, de ahí su elección, tras lo que se apresuró a pedirle a María que contará con ella si alguna vez era capitana, a lo que ésta respondió: ‘Vale, ya sabes entonces a quién mandaré a la prueba de eliminación’. No añado más, se entiende todo. Los cuchillos volaban.
Una vez acabado el tiempo de elaboración, desfilaron los trajes, primero el diseño inspiración de Antonio Ardón. Al que siguió el del equipo verde, diseño de Rosa, y que se componía de traje de noche ajustado en negro con abertura delantera y corpiño en escote corazón de tirantas anchas. Se conjuntó con una especie de abrigo de mangas abullonadas y largo acabado en cola, incluyendo el microdrapeado en el cinturón rojo.
El traje de noche del equipo blanco imaginado por Juanma para Rocío Jurado, también se abría por delante y se tintaba en rosa fucsia y blanco, color éste usado para forrarlo para que se entreviera al andar. También asoma el tono como vivo en el escote cuadrado de línea corazón y en las maravillosas mangas cuajadas de volantes.
Sin duda, éste es el traje con el que se vestiría Rocío Jurado para subir a un escenario. Es fácil cerrar los ojos, como hicieran Raquel Revuelta y Cristo Báñez en Aguja Flamenca, y verla cantar con él.
El diseño del equipo blanco recibió los votos de Cristo Báñez, Raquel Revuelta y Lourdes Montes, cuya puntuación era doble. El equipo verde se llevó el de Juana Martín, siendo pues ganador el traje de noche de Juanma, quien mandó a Jennifer a la final debido a la falta de afinidad con ella. Pero como deben ser cinco finalistas, el jurado, encargado de salvar a uno, por unanimidad y al unísono, eligió a Rosa por ser resolutiva, buena capitana y cuidada en la costura.
Prueba de eliminación: bullones de Bonares
Serían Jennifer, Victoria, María, José y Musa quienes defenderían su plaza en Aguja Flamenca en el tercer y último reto de la noche. El cual consistió en realizar bullones para decorar una camiseta. Los bullones se forman gracias a la aplicación de una técnica sobre los tejidos, muy típica de las capillas que se montan para las Cruces de Mayo de Bonares, Huelva, desde los años 50.
Mientras se desarrollaba la prueba, Pilar Vera, acompañada de Raquel Revuelta, en su sección de la Historia de la Moda Flamenca, nos habló, con la ayuda de los mantones de Ángeles Espinar, las peinas de Carvajal y los pendientes de Morlote, sobre los orígenes de la Feria de Abri, creada por un vasco y un catatánl. Entonces las señoras lucían mantones, mientras que las esposas de los tratantes de ganado, razón de la celebración de la Feria de Abril a fines del XIX, llevaban volantes en sus vestidos. He aquí el germen del traje de flamenca.
Pero volvamos a la prueba. Algunos de los concursantes han customizado su camiseta, como José Manuel y María, con algo más de acierto ésta última en la transformación, para luego añadir los bullones. Mientras que otros se han limitado a crear bullones y decorar, tal y como se les indicaba en la prueba. Así, Victoria casi plagó de ellos las mangas, recordándole a Cristo Báñez un diseño suyo, Musa hizo un intento de corazón que quedó en pelota y Jennifer, aunque quiso perfilar una mariposa y no lo consiguió, obtuvo uno de los resultados más originales de la prueba.
También aquí sin desfile, pero con repaso minucioso por parte del jurado, volvía a ser un sobre el que nos dijera quienes seguirían una semana más en Aguja Flamenca. De los cinco, sería José Manuel el concursante eliminado en este programa número cinco. El jurado consideró su trabajo inacabado y los bullones inexistentes.
Solo me queda recordaros que Álvaro Baturone, diseñador emergente invitado este viernes pasado en Aguja Flamenca, será el próximo nuevo concursante. Debéis saber de él que, aunque este año no ha realizado colección flamenca y se ha centrado en su línea de caballero, fue ganador del certamen de noveles de la Pasarela Doñana D´Flamenca en el 2018, inspirándose en Rocío Jurado para la colección de trajes de flamenca que realizó al siguiente año. Sabed también que ha formado parte del taller del diseñador granadino Antonio Gutiérrez, todo un referente en esto del costureo de volantes. Por lo que el programa se está llenando de destreza en puntadas y mucha creatividad. Así que, deseemos suerte a este ex aspirante a Aguja Flamenca, al que Esther Arroyo sorprendió comunicándole su incorporación al programa mientras Daniel le entrevistaba en backstage.